Por: Milo
Christian Cueva, aquel joven que deslumbró al fútbol peruano con su habilidad y visión de juego, se encuentra hoy en el ojo del huracán. Su despido del Cienciano, luego de una serie de incidentes que han manchado su imagen, marca un nuevo capítulo en una carrera que prometía tanto y que, lamentablemente, se ha visto ensombrecida por decisiones erróneas y una aparente falta de compromiso.
En los últimos años, hemos sido testigos de un declave paulatino en el rendimiento de Cueva. Su paso por diversos clubes ha estado marcado por altibajos, y su influencia en los equipos ha disminuido considerablemente. Las lesiones, sin duda, han sido un factor a considerar, pero también es evidente una falta de constancia y una evidente pérdida de esa chispa que lo caracterizaba.
A los problemas físicos y futbolísticos se suma una problemática que ha sido cada vez más evidente: el consumo de alcohol. Diversos episodios han puesto en evidencia esta situación, afectando tanto su vida personal como su desempeño profesional. La combinación de estos factores ha generado una espiral descendente que ha dificultado su recuperación.
El problema radica en que Cueva ha sido incapaz de consolidar su carrera. A pesar de haber tenido oportunidades en grandes clubes y de haber representado a la selección peruana en eventos de talla mundial, no ha logrado establecerse como una figura de élite. Su talento innato ha quedado opacado por una serie de decisiones equivocadas, tanto dentro como fuera del campo, y por una evidente falta de disciplina.
Los últimos acontecimientos, que han culminado con su despido del Cienciano, son la muestra más clara de que Cueva está atravesando una crisis tanto deportiva como personal. La pregunta que surge es si el jugador peruano podrá reencaminar su carrera y recuperar la confianza de los hinchas y de los clubes.
Para ello, será fundamental que Cueva realice un profundo análisis de su situación y tome las decisiones adecuadas. Deberá trabajar arduamente para recuperar su forma física y mental, buscar ayuda profesional para abordar sus problemas con el alcohol y demostrar que aún tiene mucho que ofrecer al fútbol. Asimismo, deberá rodearse de un equipo de profesionales que lo ayuden a superar esta difícil etapa.
La historia del fútbol está llena de ejemplos de jugadores que han logrado resurgir de las cenizas. Sin embargo, para que esto ocurra, es necesario un cambio radical de actitud y un compromiso absoluto con el deporte. Cueva tiene la oportunidad de escribir un nuevo capítulo en su carrera, pero dependerá de él aprovecharla.