Por: Raúl Sotelo L.
La Fiscalía allanó la casa del excomandante general de la Policía Nacional del Perú, Raúl Alfaro, así como la sede del Ministerio del Interior donde el laboraba. Igual medida se adoptó a la vivienda de otro excomandante de la Policía, Luis Alberto verá Llerena.
La tesis fiscal es que los dos últimos comandantes de la PNP habrían integrado una presunta red criminal encabezada por el expresidente Pedro Castillo.
El escándalo es mayor porque se sabe que Alfaro presionó al exmandatario para que lo nombre en el más alto cargo de la Policía. Es decir, estamos hablando de una mafia donde los capos deciden sobre los demás, igual como se ve en las películas como «El Padrino» con Marlon Brando.
Lo cierto es que la Policía Nacional del Perú está en crisis comenzando por la cúpula, y sus dos últimas cabezas han rodado con gorra y todo
Raúl Alfaro ya tiene su reemplazo, pero la opinión pública desconfía de todos los generales.
Estimo que los altos mandos de la Policía deben ser nombrados por el Papa, previo baño con agua bendita y su respectivo exorcismo para que arrojen todos los demonios que llevan adentro.