Por: Raúl Sotelo L.
A su medio de comunicación el director lo tituló » La verdad y punto». Advertía que solo la verdad era reina y señora en su espacio informativo. El punto negrito era una tranca para que nadie se acerque a la verdad con propósitos malsanos. Pero, era un punto débil e inconsistente.
La realidad ha demostrado que, fuerzas poderosas pasaron por encima de ese punto, como por ejemplo las organizaciones políticas, centros de poder económicos, y trúhanes ávidos de poder. El propósito: hacer perder el brillo de la verdad para que la justicia la pierda de vista, y no pueda aplicarla a los que les asiste la razón.
Los llamados puntos suspensivos son una puerta abierta y dejan a la verdad expuesta al peligro. Son falsos, huyen unos tras otros.
Pero allí está el punto final. El que decide todo, el que da la cara. Es el héroe de las viejas películas del oeste americano. El que aniquila con sus pistolas al malo de la ciudad.
Ahora sí la verdad tendrá a su lado a su punto final, y formarán un sólido bloque indestructible.
Si tú llevas a la Verdad en tu mochila en el recorrer de tu vida, defiéndela y practícala. Es tu única arma, que sin disparar, TE HARÁ LIBRE en todos los actos que efectúes. El poderoso, que siempre cargará un sobrepeso de culpas, tiene pánico a la verdad.
Jesús, que predicaba la verdad a su pueblo, cuando miraba a los ojos de sus enemigos, los estaba desnudando y descubría toda la maldad en su interior.
Punto final, con la verdad a tu lado, la balanza ya no se inclinará por control remoto. Pasada la crisis actual, el Perú será otro. Varias lacras enquistadas en su organismo quedarán incineradas.
Todo lo nocivo que corroía al país, ahora tendrán su PUNTO FINAL.