Por: Raúl Sotelo L.
La Fiscal de la Nación envío al Congreso de la República la acusación constitucional contra el presidente Pedro Castillo, de ser posible autor de delitos penales. El objetivo: que los congresistas evalúen la acusación y tengan materia prima para reforzar sus pretensiones de vacar al mandatario.
Como si fuera un camote caliente que le queman las manos, los congresistas han remitido dicha acusación a los del Tribunal Constitucional para que hagan una interpretación del artículo 117 de la Constitución que les permita ya con una opinión más contundente acusar a Pedro Castillo, y conseguir su desalojo del Palacio de Gobierno.
Según algunos opinólogos, los magistrados constitucionalistas, teniendo en cuenta lo quemante que resulta tener en sus delicadas y arrugadas manos dicha acusación fiscal, es muy seguro que devuelvan el expediente al Congreso con las observaciones que deben realizar sin entrar de lleno al asunto.
O sea, por ahora nadie quiere pelar ese camote recién salido del horno y comérselo con el riesgo de quemarse la lengua.
Cómo quiera que este «lleva y trae» va requerir de mucho tiempo teniendo en cuenta el paso de tortuga que adolece el Poder Judicial, puedo asegurar que Pedro Castillo si pasara la Navidad en Palacio, consumiendo pavo francés y panteón italiano.
Lo que sí hay que advertirle es eso que se canta “Toma chocolate y pagarás lo que debes».
O sea, que cuando termine su mandato, inevitablemente se sentará en el banquillo a responder por todo de lo que se le acusa.
Que Dios lo proteja don Pedro, si es que pueda conseguirlo.