Este jueves, un sistema frontal en Santiago hizo llegar la nieve a sectores urbanos cercanos a los Andes (este), como los barrios de Lo Barnechea o Puente Alto, y aguanieve a los cercanos sectores de La Pintana, La Florida y Las Condes.
La capa de «smog» (contaminación) que habitualmente cubre la cordillera, visible desde la capital, quedó disipada por el agua dejando al descubierto una espectacular imagen de las montañas nevadas que sorprendió a los santiaguinos.
La principal ruta que conecta la capital con la montaña tuvo que ser cortada, mientras que cerca de 70.000 familias quedaron sin suministro eléctrico en todo el país a raíz de las precipitaciones, según informó el ministro de Energía, Claudio Huepe.
La mayoría de afectados se dieron en la capital, pero también en las regiones de Atacama y Coquimbo (norte) y Valparaíso (centro).
Sequía irreversible
El sistema frontal, que lleva afectando al centro y algunas zonas del norte de Chile de manera intermitente desde hace casi una semana es un fenómeno «puntual e inusual» para un país que atraviesa una megasequía desde hace una década, según expertos.
Patricio González, agroclimatólogo de la Universidad de Talca, detalló a Efe que las precipitaciones siguen por debajo de las registradas a finales del siglo XX, cuando se alcanzaban hasta los 100 milímetros de agua al día, frente a los 30 o 40 mm de este sistema frontal.
«Estas son lluvias de corto plazo. Chile está pasando por una estructura de cambio climático y de sequía que es irreversible y que nos va a acompañar los próximos 30 años», dijo.
Según la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), 2021 fue el cuarto año más seco desde que hay registros y todas las regiones presentaron un déficit del 50 % en las precipitaciones, especialmente las de la zona central, donde se ubica Santiago.
Chile es el país con mayor crisis hídrica de todo el hemisferio occidental y el 76 % de su territorio está afectado por la sequía desde hace diez años, según información de Greenpeace.