La Policía Nacional del Perú, con todos sus equipos especializados (le llaman inteligencia), no ha logrado hasta ahora dar con el paradero de los prófugos Bruno Pacheco, ex asesor del despacho presidencial, y Fray Vásquez, sobrino del presidente Castillo. Simplemente ha fracasado.
La presunción que los altos jefes policiales han sido presionados por el ejecutivo para detener las capturas de los implicados. no es descabellada. El presidente sabe que, si Bruno Pacheco lo sientan y con los reflectores sobre su voluminosa figura, no le quedará otra opción que abrir su cofre de recuerdos y revelar todo lo que sabe. El mandatario quedaría embarrado de pies a cabeza.
Cómo última instancia se ha acudido a la Interpol para ubicar y capturar a los prófugos. Se ha emitido una alerta roja internacional de búsqueda.
El poder político es tan poderoso que es capaz de cambiar los colores: de rojo a ámbar.