La Temporada 2019 del Gran Teatro Nacional culminará este domingo con la presentación a sala llena de todas las funciones de “Gala de Navidad”, propuesta innovadora del Ministerio de Cultura que tiene como objetivo fortalecer la identidad de los peruanos a través de las artes escénicas y promover el cariño y respeto por nuestras costumbres y tradiciones.
Durante cinco fechas – con entradas agotadas en tiempo récord — más de seis mil personas disfrutarán del espectáculo familiar protagonizado por el Ballet Folclórico Nacional de Perú, dirigido por Fabricio Varela; la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil Bicentenario, bajo la batuta de Pablo Sabat; y el Coro Nacional de Niños, liderado por Mónica Canales.
Con esta notable producción, el Gran Teatro Nacional finaliza una exitosa Temporada 2019 y alista para el próximo año una serie de actividades dirigidas a niños, jóvenes y adultos. Los siguientes meses llegarán cargados de conciertos, funciones didácticas y espectáculos con reconocidos artistas locales y extranjeros.
“Gala de Navidad” es una puesta en escena con danzas regionales que celebran el nacimiento del niño Jesús, piezas sinfónicas y villancicos populares cantados por más de cien voces infantiles. Pero también es un viaje por nuestra historia, con olor a peruanidad, para que padres e hijos comprendan que vivimos en una sociedad multicultural y plurilingüe.
Una decena de violines, guitarras y elementos de percusión dialogan con instrumentos sinfónicos para ofrecer al público huaynos, marineras, tonderos, festejos y huaylarsh. Temas amazónicos y cantos quechuas sirven de introducción para el culto a la Virgen María, resaltando la interpretación de conocidos singles navideños como “Caminito”, “Salgamos, pastores”, “Cholito”, “Niño Manuelito” y “El ahijado”.
También se impone el ritmo afroperuano con el panalivio “Festejo de Navidad” y la estampa iqueña “Navidad negra”. La copla cusqueña “Siwar Situy” (que compara a Jesús con Wayna Punchaw) conjuga la fe cristiana católica con el ritual ancestral del Qhapaq Raymi. El clásico “Rueda, rueda” oriundo de los Andes cierra la fiesta con una atmósfera vibrante.