Los incendios forestales que arrasan Perú desde julio han cobrado la vida de al menos 15 personas y destruido más de 3.000 hectáreas de tierras cultivadas y áreas naturales. Las autoridades enfrentan serias dificultades para controlar las llamas, debido a la falta de recursos y a las condiciones meteorológicas adversas que complican las operaciones aéreas de las Fuerzas Armadas.
El primer ministro, Gustavo Adrianzén, confirmó que los incendios tienen origen humano y que 22 de las 24 regiones del país se encuentran afectadas por focos activos. Factores como la nubosidad, el humo y los fuertes vientos han obstaculizado los esfuerzos para sofocar el fuego desde el aire, limitando la capacidad de las aeronaves.
A pesar de la gravedad de la situación, las lluvias recientes en la región amazónica de Madre de Dios han ayudado a extinguir algunos focos de incendio. Sin embargo, un informe de Defensa Civil revela que desde julio, 15 personas han perdido la vida, 10 de ellas en las últimas dos semanas. Además, 98 personas han resultado heridas y más de 1.800 han sido afectadas de diversas maneras por los incendios. El sector ganadero también ha sufrido grandes pérdidas, con la muerte de 334 animales.
Impacto del cambio climático en la propagación del fuego
El Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR) advirtió que el cambio climático ha agravado las condiciones que favorecen la propagación de los incendios. Romina Liza, especialista del SERFOR, explicó que los vientos intensos y las sequías prolongadas secan la vegetación, transformándola en un combustible ideal para la rápida expansión del fuego.
En la región de Amazonas, una de las zonas más afectadas y cercana a la frontera con Ecuador, los incendios han sido particularmente difíciles de controlar. El jefe de Defensa Civil, Juan Urcariegui, advirtió que el panorama sigue siendo crítico en varias áreas, donde el fuego continúa amenazando comunidades y recursos naturales.