Por: Raúl Sotelo L.
Bruno Pacheco, el que fue hombre de confianza del presidente Castillo, y que estuvo oculto por tener orden de captura por espacio de cuatro meses; no fue capturado, sino que se entregó voluntariamente a la justicia.
Don Bruno, se ha dado el lujo de negociar por tres días con el equipo especial de la policía que lo buscaba (¿?), planteando las condiciones que el requería a su favor. Señaló el lugar donde estaba, y precisó la hora que deberían ir por el. Es más, requirió que antes le prometíeran que le tenían que cambiar la orden de detención por un arresto domiciliario.
Y así fue, el gordo por ahora no sabrá lo que es estar detrás de los barrotes de una prisión, pero si en casita bien abrigadito en su cama de dos plazas.
En estos momentos, ante la Fiscalia está «cantando» todo su repertorio a golpe de cajón. No es tonto, si se va cuesta abajo, en su rodada se llevará de encuentro a Castillo, y a todo su sequito.
Dos inquietudes: ¿Habrá mensaje a la Nación este 28 de Julio, y, se realizará la Parada Militar al día siguiente, toda vez que estará ausente quien reciba los honores de las Fuerzas Armadas?